
El deterioro ambiental que se ha presentado a lo largo del tiempo causado por las grandes industrias y sociedades, ha propiciado la creación de leyes que sancionan a los actores perjudiciales como una forma de intervención a los daños que causan.
Desde el siglo XX se han firmado acuerdos y tratados con la finalidad de regular los crimenes ambientales en contra de los recursos naturales. Entre los ejemplos más importantes se encuentran: la Convención Internacional para la Prevención de la Contaminación por Petróleo de los Mares (1954), la Convención de París sobre la responsabilidad de terceras partes en el campo de la energía nuclear (1960) y la Convención Ramsar sobre humedales de importancia internacional (1971), etc. Existen incontables leyes que rigen una conducta adecuada y una responsabilidad con el medio ambiente, sin embargo, todas se resumen en cuatro sencillos principios en política ambiental que son pertinentes en cualquier lugar de la tierra.
1.- Principio precautorio
Las políticas preventivas sobre el cambio climático tienen como finalidad evitar que la temperatura de la tierra suba grados centígrados de manera anormal y que las concentraciones de bióxido de carbono se mantengan por debajo de las 450 partes de millón. Este es el principal y más importante.
2.- El que contamina, paga.
Si una industria o un país entero daña directa o indirectamente algún recurso natural como: ríos, lagos, bosques, etc., y además ocasiona un daño a la sociedad, el culpable de pagar hasta reponer el daño, es decir, no sólo es una multa si no que debe ejercer métodos para reconstruir el sistema natural con el que se contaba antes de ser alterado. Muchas veces esta ley no se cumple como debería ya que las autoridades se conforman con la multa y el daño queda perpetuo.
3.- Piensa global, actúa local
Hace referencia al asunto climático de manera positiva, es decir, las partículas y gases que forman parte del efecto invernadero no tienen efectos locales inmediatos, ni son medibles. Todo daño que no es notorio instantáneamente, es probable que con el tiempo pueda convertirse en un acto perjudicial globalmente.
4.- Responsabilidades comunes, pero diferenciadas
Los países más desarrollados han generado aproximadamente 75% de todos los gases del efecto invernadero en la atmósfera desde el siglo XVIII. Por lo que son éstos países que tienen mayor compromiso para combatir los efectos de la contaminación ambiental.
Existen varios países que no toman en cuenta estos principios y tienen infinidad de razones no validas para no llevar a cabo las leyes que se presentan, sin embargo, debemos tener en cuenta que no sólo es tarea de las grandes industrias o de los países más desarrollados, uno mismo puede ser el cambio que desea ver en el mundo, las pequeñas acciones hacen la diferencia.